martes, 20 de marzo de 2012

ANTÍGONA (SÓFOCLES)


La cosa, para no variar, vuelve a ir de clásicos grecolatinos. Esperad, no obstante, antes de llamarme pesada, pues no soy yo, sino nuestra más polivalente, activa y alegre profesora de Ciencias, ¡vaya! nuestra Carmen, quien viene hoy por aquí a recomendaros Antígona de Sófocles. Sí, es verdad que fui yo quien le dije que era la más perfecta y emocionante tragedia clásica y una de las cimas de la Literatura Universal, que la tenté hablándole del conflicto entre las leyes humanas y la ética individual y, sobre todo, de la emoción que suscita dos mil quinientos años después la historia de una joven que lo arriesgó todo -la propia vida incluida- para dar a su hermano Polinices una sepultura digna. Es verdad, lo reconozco pero hoy soy sólo la mensajera y es ella quien por propia iniciativa -sponte sua, que dirían los latinos- nos manda este breve pero emocionado texto sobre la heroína de Sófocles. Con él os dejo no sin antes agradecerle, como siempre, su ilusión, buen humor y, por supuesto, su compañerismo. ἐυχαριστό πολύ!
                                              
¡Hola a todos!
Hace ya tiempo que quiero escribir en el blog sobre un libro que me prestó Cecilia para iniciar mi acercamiento a los textos clásicos grecolatinos. Me dejó Antígona, de Sófocles. Es una bella historia de amor, de justicia e injusticia, de sordera y cerrazón humana... Su protagonista es Antígona, mujer que se enfrenta a los hombres y a la ley. Anímate a leerla y te sorprenderás de lo vivos que están estos clásicos.
Yo, por mi parte, me dejaré aconsejar de nuevo por nuestra profe de Cultura Clásica y continuaré leyendo clásicos grecolatinos.

martes, 6 de marzo de 2012

CONGRATVLATIONES PLVRIMAS, JOSEPH ALBERTE!

Llevo unas semanas quejándome de lo poco transitado que está esto últimamente y hoy me da más pena aún, si cabe, porque si hoy vengo aquí es para felicitar como se merece a José Alberto Uceta Valle, alumno brillante de 2º de Bachillerato, que, acabamos de saberlo, ha obtenido un más que meritorio 3er puesto en el Certamen Ciceronianum Arpinas (distrito de Valladolid). Para los que os preguntéis qué es eso, os diré que es un más que prestigioso concurso que premia a la mejor traducción de un pasaje seleccionado de entre la obra de Cicerón, cuya prosa, clásica entre los clásicos, es un desafío para todos los estudiantes de latín que en el mundo son. 

El bueno de José Alberto ha pasado los últimos cinco meses robándole horas al ya de por sí durísimo 2º de Bachillerato y, sobre todo, al ocio y al descanso, para -entre chocolate y chocolate, bizcochos y galletas- hacerse con los entresijos del latín de Cicerón. Su dedicación, disciplina y talento no abundan hoy en día y tampoco su valentía. Y es que una vez tras otra este chaval de apariencia tímida -sólo la apariencia-, divertido y bonachón, no deja de sorprender a su profesora de Latín y Griego, por el coraje, sangre fría y profesionalidad demostrada en las grandes ocasiones. Lo hizo el año pasado como magnífico narrador en la sombra y ha vuelto a hacerlo este año, pegándose una paliza de viaje hasta Valladolid para pasarse cuatro horas encerrado haciendo un examen ¡de latín!


El pasaje de Cicerón que le ha valido la medalla de bronce trataba sobre la amistad y, si hoy me enorgullezco de decir que soy la profesora de Latín del caballero en cuestión, aún más orgullo me produce, si cabe -y sí, sí cabe- poder contarme, creo, entre sus amigas. 

Así que hacedme un favor y mañana en cuanto lo veáis, dadle un abrazo, la mano o una palmada en la espalda -o hasta un aplauso, si estáis en grupo-, y felicitadlo sinceramente, porque -¡creedme!- se lo ha ganado a pulso.
Lo dicho, Joseph Alberte, un placer y un honor y, por supuesto...
Gratias congratulationesque plurimas tibi ago!