Hace
ya cuatro años que quien desde aquí os escribe creó este pequeño rincón Bajo el Diente del Ahorcado para que los
letraheridos todos del IES Dr. Sancho de Matienzo pudierais -¡pudiéramos!- saber
lo que unos y otros leíamos y debíamos leer e intercambiar impresiones. Pronto me
di cuenta de que había sido, quizá, un tanto optimista y de que esta esquina podía
no ser tan atractiva como yo creía.
En
cualquier caso, con más o menos polvo y telas de araña nos hemos mantenido
durante estos años y hemos tenido nuestros pequeños momentos de gloria, como el
bronce ciceroniano de José Alberto -salve,
amice!-, la publicación de Amania,
de nuestro Fernando Pérez Sañudo -alea
iacta est!- y, por supuesto, nuestras dos ediciones de Bookcrossing, cuya
impulsora principal, nuestra más que anglófila Estíbaliz, llegó a apostarse
en una esquina para observar vuestras reacciones ante tal o cual hallazgo.
El
caso es que una servidora abandona el Diente del Ahorcado -el virtual y el
real- en breve y no quería hacerlo sin agradeceros a todos, lectores habituales
y entusiastas colaboradores, vuestra participación. Ha sido un placer
encontrarme con vosotros en este pequeño rincón, que, aunque en ocasiones ha
parecido un tanto abandonado, ha llegado, en otras, a rincones insospechados
-hasta los mismos autores reseñados-.
Os
quedáis en buenas manos, nuestro más célebre fanático en serie, Jorge
Erostarbe, y su paciente profesora de Lengua, Alicia, a los que, como buenos
amigos que son, les deseo todo lo mejor.
Yo,
por supuesto, os seguiré con atención y os escribiré siempre que pueda para
invitaros a seguir leyendo.
Mientras
tanto, y como diría el mago blanco aquel, hasta más ver, jóvenes amigos.
Caecilia
(Dpto. Cultura Clásica)