lunes, 29 de octubre de 2012

MEMORIAS DE IDHÚN (LAURA GALLEGO DÍAZ)



Como abanderado y adalid de todos vosotros, mis jóvenes amigos, nos envía Fernando, letraherido de 4º de la ESO, esta breve pero precisa y más que sugerente reseña, que nos invita a todos a devorar Memorias de Idhún y viene a demostrarnos que... ¡sí! los estudiantes leéis; y por propia iniciativa, además -sponte sua, que dirían los latinos-. Por aquí ya lo sospechábamos, porque mis latinistas de 4º me abandonan en bloque cada vez que el Bibliobús “aterriza” por estos pagos. De todos modos, siempre es agradable encontrar regalos como éste en el buzón. Aquí os espero y a ti, Fernando, gratias plurimas tibi habeo!
                                              


Esta es una trilogía que he comenzado a leer recientemente y, pese a ser libros bastante gruesos, son muy fáciles de leer.
La historia comienza cuando Jack, un chico de trece años, es salvado por Alsan y Shail de las manos de Kirtarh, un asesino enviado por Ashran el Nigromante. Sus rescatadores lo llevan a Limbhad, un refugio mágico y secreto oculto en la Tierra. Allí conoce a Victoria y descubre la existencia de Idhún, un mundo mágico que ha sido invadido por los sheks, serpientes aladas, a las órdenes de Ashran el Nigromante.
Por Fernando Pérez Sañudo (4º de la ESO)


Post Scriptum: Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, ahí va un pequeño desafío para todos mis latinistas. ¡Premio para el primero que explique correctamente en un comentario a esta entrada la etimología de Nigromante! ¡Hagan juego, señores!

viernes, 12 de octubre de 2012

UNA DE DIOSES Y HOMBRES: PYGMALION (GEORGE BERNARD SHAW)


Mucho antes de que Tim Burton pensara siquiera en hacer Frankenweenie, la película que hoy se estrena y que unos cuantos de vosotros, estoy segura, correréis a ver al cine; siglos antes incluso de que Mary Shelley ideara su fantástica y terrorífica Frankenstein en una noche de tormenta a orillas del lago Leman en un legendario duelo que la enfrentó al mismísimo Lord Byron, Ovidio, un poeta latino caído en desgracia del siglo I de nuestra era, contó en sus Metamorfosis, la hermosa e inquietante historia de Pigmalión, el artista chipriota que terminó enamorándose de una de sus esculturas y consiguió de Venus, diosa del Amor, que aquella cobrara vida. El experimento del Doctor Frankenstein, bien lo sabéis, terminó en desastre. El de Pigmalión, en cambio, tiene un final feliz... Quizá porque Frankenstein desafió a la Naturaleza y a los Dioses y Pigmalión, en cambio, suplicó humildemente a éstos... Quizá, tan sólo porque el Destino es caprichoso y cruel. ¿Quién sabe? Volveremos, quizá, sobre ello, en unos meses, si mis entusiastas y alegres alumnos de 4º de la ESO se prestan a los planes que llevo un tiempo maquinando para ellos, planes que incluyen luces, sombras, tablas y telones... Pero no nos precipitemos. 


Si hoy vengo por aquí es para recomendaros, por supuesto, que leáis Frankenstein de Mary Shelley y las Metamorfosis de Ovidio pero también la revisión moderna que del mito de Pigmalión hizo el grandísimo George Bernard Shaw. Se trata de una comedia satírica titulada Pigmalión en la que nuestro escultor cobra la forma de un excéntrico profesor de fonética inglesa y su escultura, la hermosa Galatea, es encarnada por una humilde y un tanto vulgar vendedora de flores a la que el profesor pretende hacer pasar en unos pocos meses y tras el conveniente entrenamiento, en una dama de la alta sociedad. Las cosas, sin embargo, no suelen salir en la vida como uno había planeado y el refranero popular, que suele mostrarse más que acertado, incluye aquello de “aunque la mona se vista de seda...” Sacad vuestras propias conclusiones o, mejor, leed Pigmalión de George Bernard Shaw.
Leed, leed y contadnos, mis jóvenes amigos...