miércoles, 27 de enero de 2016

DE APUESTAS VARIAS O... ¡TODOS AL CINE!



¡Estudiantes! ¡Profesores! ¡Amigos todos del Sancho de Matienzo! ¿Creíais que me había ido? ¡Pues no! Bueno, sí, pero, como prometí, vengo a daros la lata un poco. El caso es que estamos  en plena carrera de los Oscar, llevo unos cuantos días intercambiando opiniones sobre las candidatas de este año con el bueno de Jorge y hemos decidido hacer una porra a ver quién acierta a los premiados en más categorías. Hay, al parecer, más valientes que están pensando en unirse al juego: Jake y Florín. Y para que veáis que somos gente seria y para animar un poco este rincón, hemos decidido haceros partícipes de nuestro proceso de documentación. Que vamos a ir colgando por aquí críticas de las películas que vayamos viendo, vaya. Aquí estoy con la primera, La gran apuesta.
Para conocer nuestras apuestas aún tendréis que esperar un tiempo pero os estaréis preguntando, supongo, qué nos jugamos. Hemos estado dándole vueltas y decidido que el ganador le impondrá al perdedor qué libro tiene que leer y reseñar. Más me vale ganar porque mi muy ladino compañero administrador ya está barajando candidatos para mí y se habla de Crepúsculo, Cincuenta sombras de Grey... ¡Ay! Les va a tocar esforzarse, eso sí, que una tiene experiencia en estas lides y hace cinco años ganó la porra organizada por el Ayuntamiento del valle y el cine Amania. Alea iacta est... ¡Comenzamos!

LA GRAN APUESTA (ADAM MCKAY)
A primera vista, y a pesar de su cartel plagado de estrellas (Brad Pitt, Christian Bale, Steve Carell, Ryan Gosling...) puede parecer una película poco atractiva -si es que tal cosa es posible con tales nombres de por medio-. Su tema no es otro que el crack de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en el año 2008, cuyas consecuencias, aunque algunos se empeñen en negarlo, aún seguimos pagando hoy día. En concreto, se centra en unos cuantos outsiders que supieron ver a tiempo la mentira sobre la que estaba construida la aparente prosperidad estadounidense, las hipotecas basura, y cómo estos inversores aventureros se enriquecieron apostando contra el sistema. Una servidora reconoce que tenía una idea bastante vaga de la cuestión y que, gracias a La gran apuesta, me he hecho una buena composición de lugar. Pero es que, además, la película divierte.
Si echáis un vistazo a la carrera del director, Adam McKay, veréis que es un habitual del género cómico y también se ha ceñido a sus convenciones para contar estar historia: el tono es desenfadado, muy llamativo visualmente, hay cameos de estrellas de la cultura popular estadounidense como el chef Anthony Bourdain o la cantante Selena Gomez, que intervienen para explicarnos directamente a los espectadores algunos conceptos económicos complejos. Por cierto, esta va para mis antiguos alumnos, ¿recordáis cómo se llamaba el mecanismo por el que se rompía el pacto de ficción y se nos recordaba que estábamos viendo una película u obra de teatro? ¡Premio, señores! La fractura de la cuarta pared. El estilo, en resumen, es ágil y divertido.
Si tengo que ponerle una pega es que, según creo, el dilema ético, aunque apuntado gracias a los personajes de Brad Pitt y, sobre todo, Steve Carell, está poco desarrollado. ¿Qué dilema ético? El de basar el enriquecimiento personal, obsceno, además, en la ruina de miles de ciudadanos de a pie que, bien por desconocimiento, bien por temeridad, bien por ambas cosas, se dejaron estafar por los grandes bancos, que, sobra decirlo, no se han responsabilizado de nada.
La gran apuesta es, en definitiva, una película estupenda y, si tenemos en cuenta el premio que acaba de recibir del gremio de productores, una firme candidata para llevarse la estatuilla dorada. Así que ya sabéis, mis jóvenes amigos, ¡todos al cine a ver La gran apuesta!


No hay comentarios: