lunes, 10 de octubre de 2011

EL SEÑOR DE LAS MOSCAS (WILLIAM GOLDING)

Homo homini lupus: “el hombre es un lobo para el hombre”, para los que no estudiáis latín. Lo dijo Plauto entre los s. III y II a. C., mucho antes de que nadie hubiera oído hablar del vuelo Oceanic 815 y de que un grupo de supervivientes fuera acosado por “Los Otros” en una isla perdida -¡y móvil!- del Pacífico. Y lo demostró también William Golding en los años ’50 con su terrorífica novela El señor de las moscas, sobre la que Ana, nuestra nueva profesora de Filosofía, Ética y Ciudadanía, nos manda esta magnífica reseña, que le agradecemos infinitamente. No os la perdáis.
Ya lo véis, los profesores siguen leyendo. ¿Y vosotros?


Al final del pasado curso leí El Señor de las moscas, de William Golding. Lo leí en un libro digital, lo que contribuyó a aumentar la intensidad de la intriga y, por qué no decirlo, de la angustia que sentí ante algunos pasajes. No podía "cotillear" con agilidad las páginas siguientes, así que más de una noche me dormí dando vueltas a qué habría sido de aquellos niños... ¡Tuve hasta pesadillas! 
Pero voy al tema. Los personajes del libro son, como digo, unos niños que, tras un accidente de avión, deben arreglárselas para sobrevivir en una isla desierta. ¿Un "Supervivientes" de niños? Algo parecido. Al principio la cosa va más o menos bien, pero la convivencia se va haciendo más difícil cada día. ¿Quién debe ser el líder: el que ha sido elegido por todos o el más carismático? ¿Qué es más importante: mantener vivo el fuego o salir a cazar? Cuando lo leas, sin darte cuenta te verás allí, delante de aquel fuego, viendo en la oscuridad las caras de esos otros niños que están contigo, sin saber qué hacer, sin saber a quién seguir, sin saber si existe o no esa misteriosa fiera que algunos dicen haber visto, sin saber qué será de los más pequeños del grupo, sin saber si alguien, algún día, pasará cerca de la isla y os rescatará. Sin saber... hasta que lo leas y estés en la isla.  
En algún sitio he leído que El Señor de las moscas es un libro sobre niños, pero no para niños. Por eso, y porque resultaría muy interesante su lectura para la clase de Filosofía, lo recomiendo a los alumnos de Bachillerato. Eso sí, leedlo a plena luz del día, no vaya a ser que, como a una servidora, os quite el sueño y me vengáis a clase ojerosos y medio dormidos. ¡A ver quién es la atrevida profesora que os explica entonces qué es el ser o, como decía un compañero de la Facultad, "el tó y la ná, en cuanto de que tal y por su misma sustancia"!
¡Ah! Se me olvidaba... ¡no vale ver la peli!
Por Ana Aramburu Toraño

1 comentario:

Esti dijo...

Yo leí este libro hace unos años y lo recuerdo muy angustioso y pesimista. Te hace reflexionar sobre lo peor del ser humano. Estoy de acuerdo en que no es un libro para niños. Estíbaliz.