Dicen
por ahí que hay entre nuestros estudiantes algunos que discuten la utilidad de
estudiar francés. Su más que comprensivo profesor ha decidido dejar que lo
digan sin tapujos, no sabemos si en román paladino o en la lengua de Moliére.
Próximamente, en cuanto tengamos la revista entre nuestras manos, saldremos de
dudas. Mientras tanto, no nos resistimos a traer a nuestra polvorienta esquina
lo que Víctor tiene que alegar en su bilingüe defensa. Desde aquí, por supuesto, no
podemos sino felicitarlo, una vez más, por su generosidad y sentido del humor,
tan cáustico como certero, y desde la trinchera vecina le gritamos Courage, mon ami!
Hace mucho que me pregunto
por la posible utilidad del francés hoy en día, más allá de que ahora mismo me
dé de comer, claro está.
El francés es hablado por un
pequeño reducto de galo-europeos de poco más de 274 millones de personas, lo
que lo convierte sólo en el decimotercer idioma más hablado del mundo. Cierto
es que es la segunda lengua en relaciones internacionales pero esto se puede
atajar. Ya sólo por su reducida utilidad por numero de hablantes, la necesidad
de su aprendizaje es muy dudosa. Y realmente, tampoco es un país económicamente
muy boyante y está perdiendo la partida frente a enemigos “más flamantes” como
el inglés, el alemán o el chino. De hecho, ahora mismo, podríamos comunicarnos
en inglés en cualquier parte del globo por lo que podríamos eliminar el
aprendizaje de un idioma tan oneroso, irregular y difícil de pronunciar.
Puestos a ello, sería mejor aprender alemán o chino, mucho más cercanos,
familiares y fáciles.
No quiero proponer con esto
la eliminación del francés de los planes de estudio, por supuesto. Basta con
dejarlo morir, pues al fin y al cabo, acabará sucumbiendo ante la “selección
natural” del Capital como lo harán otros idiomas fósiles como el euskera, el
catalán el occitano, el gaélico y otros tantos. Y realmente, si podemos
comunicarnos en inglés, ¿para qué el alemán o el chino? Quizá también
desaparezca su aprendizaje, según este principio de economía de los idiomas:
con uno nos vale, y será el más exitoso y, sobre todo, el más sencillo. “Yo
como hablo español, no me preocupé...
Es cierto que hay filósofos
que afirman que conocer otros idiomas ayuda a conocer otras estructuras
mentales, al Otro Cultural y por ende, a nosotros mismos. Pero no nos
engañemos: este argumento está sobrevalorado y esos perroflautas tampoco nos
ayudan a aprovechar mucho el tiempo en las escuelas. Y los secuaces de estos,
esos que se atreven a distraer la cabeza de nuestros herederos con idiomas
cuyos hablantes llevan muertos cientos de años, o peor aún, que están
prácticamente en quiebra, creo que podrían ser eliminados de los planes de
estudio igualmente.
Inglés y Ciencias, ahí está
el futuro. ¡la última frontera! Y en la Historia tampoco veo mucho futuro que
se diga. Así, ya tenemos los planes más centrados. La geología y la astronomía,
al menos, pueden ayudarnos a detectar amenazas interiores y exteriores que
amenacen la vida en el planeta. Y la
medicina hará que vivamos cientos de años. Con las matemáticas tampoco hace
falta pasarse, últimamente los físicos y los matemáticos están llegando a
sitios por los que las empresas ya no están muy dispuestas a pagar... las
matemáticas son las siervas de nuestras necesidades. ¡Qué se han pensado!
Ya ven que no debemos
desperdiciar ni un minuto del tiempo de formación de las futuras generaciones
en ninguna de las fruslerías de las que hemos hablado. Ahora tienen verdaderas
armas para tener un buen trabajo y un prometedor futuro, una vida larga,
intensa y plena de sentido, llena de lecturas, de viajes a otros países,
conociendo otras gentes... Claro que ahora que lo pienso, si sus idiomas eran
absurdos, dudo mucho que su cultura no lo sea también. Una vida plena de
sentido... ganando mucho dinero,
Y si la Tierra llega a
aburrirles, no se preocupen, el avance de la ciencia no sólo nos ayudará a
alargar nuestras intensas y satisfactorias vidas sino que también nos podrá
ayudar a conquistar otros mundos desconocidos a los que hacer el gran regalo de
esta Nuestra Gloriosa Cultura Humana.
Víctor Manuel Latorre
Rodríguez
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Longtemps
je me suis demandé à propos de la possible utilité du français aujourd’hui, au
delà qu’il me donne à manger, bien sûr.
Le
français est parlé par un petit réduit de gallo-européens (qui résistent) d’un
peu plus de 274 million de personnes, ce qui ne la convertisse qu’en la
treizième langue la plus parlée du monde. Certes, aussi est-il la seconde
langue dans les Relations Internationales, quelque chose qu’on peut encore
arranger. Tel petit nombre de parlants fait penser sérieusement au besoin de
son apprentissage puisqu’il est très douteux. Maintenant, d’ailleurs, on doit
avouer que la France n’est pas économiquement un des pays les plus florissants
et c’est pour cela que le français perd de plus en plus son influence par
rapport à des ennemis plus éblouissants, voir l’Anglais, l’Allemand ou même le
Chinois. En fait, maintenant on pourrait nous communiquer uniquement en Anglais
dans quelque part du monde et par conséquent ce serait possible d’éradiquer
l’apprentissage d’une langue si lourde, onéreuse, irrégulière et difficile à
prononcer. Ce serait mieux d’apprendre l’allemand ou le chinois, plus proches,
familiers et faciles chez nous.
Je
ne veux aucunement proposer pourtant l’élimination du français, bien sûr. Il
suffit de le laisser mourir. Tout compte fait, il terminera par succomber au
jeu de cette “sélection naturelle” du Capital, de même que d’autres langues
fossiles, savoir est, l’Euskara, le Catalan, l’Occitan, les Gaéliques, etc.
Mais, si on suit cet argument, qu’est-ce qu’il sera de l’Allemand ou du
Chinois? D’après ce principe d’économie de langues, peut-être son apprentissage
disparaitra-t-il de nos lycées: il en suffit avec une, et cela ne sera que
celle de plus succès, la plus puissante et surtout la plus abstraite et simple.
Heureusement, on parle Espagnol... ainsi que, “comme je n’était ni Allemand ni
Chinois, je n’ai rien dit...”
Effectivement, il est
vrai qu’il y a des philosophes qui affirment que la connaissance de différentes
langues peut aider décidément à la connaissance d’autres structures mentales ou
de l’Autre (culturel) et, par conséquent, de notre propre langue et nous mêmes.
Mais, soyons sincères: cet argument-ci n’est que surestimé et ces gens-là, les
philosophes, n’aident pas non plus à profiter le temps aux lycées. Encore, ses
acolytes, qui n’osent que distraire les têtes de nos héritiers avec des langues
mortes depuis longtemps, ou pire, ruinées depuis longtemps et à jamais,
subiront le même destin: la disparition.
Anglais
et Sciences, c’est là le futur! La frontière dernière! Mais je n’en vois pas
trop dans l’Histoire. C’est comme cela qu’on aura des plans plus utiles... La
géologie et l’astronomie, pour le moins, peuvent nous servir à nous défendre de
menaces, intérieures ou extérieures. Aussi la Médecine nous fera-t-elle vivre
une centaine d’années. Et à propos des Maths... il ne faudra pas se passer.
Dernièrement, certains mathématiciens ou physiciens prétendent d’atteindre des
lieus pour lesquels les entreprises ne son pas trop prêtes à payer. Les
mathématiques doivent servir à nos besoins, qu’est-ce qu’on a pensé!
Comme
vous pouvez observer, on ne devrait pas dépenser le temps de formation des
générations futures avec les niaiseries dont on a parlé ci-dessus. Ce sera
comme cela qu’elles seront fournies des armes à avoir un très bon travail, un
futur vraiment prometteur et une vie longue, intense et pleine de sens, pleine
de lectures, de voyages pour connaître d’autres lieus, d’autres gens... Mais
zut alors! Si leurs langues étaient absurdes, j’hésite que leur culture et leur
pays ne le soient pas aussi... En tout cas, une vie pleine de sens... et
d’argent.
Bref,
si la Terre même peut arriver à vous ennuyer, pas de souci: le progrès de la
science vous aidera non seulement à prolonger vos satisfaisantes et intenses
vies mais aussi pourra-t-elle nous aider à la conquête d’autres mondes inconnus
où installer à nouveau Notre Glorieuse Culture Humaine.
Víctor Manuel Latorre
Rodríguez